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Asdrubal Caner

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Escritor y Poeta

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miércoles, 4 de abril de 2007

NUESTRA INTELIGENCIA DESPIERTA Y ESPERANZADA

En mi comentario de ayer, planteaba la posibilidad de enfrentamientos internos, entre mandos de las FAR y el MININT ante eventos violentos por parte de la población cubana. También señalaba el escenario hipotético de una guerra civil y la intervención de la ONU, OEA y quizá los EE:UU.
La posibilidad de una guerra civil entre cubanos sería un acontecimiento trágico y sangriento, que traería sólo más dolor y destrucción para la sociedad cubana. Abriría heridas incapaces de borrarse durante los próximos cien años. Todavía los cubanos llevamos el fardo de la derrota de 1898 y, aún ese capítulo no se ha cerrado en nuestras vidas. El humillante Tratado de París, necesita su justicia histórica, que sirva de base para una salida nacional y honorable, a la grave crisis que atraviesa el país.
Me parecen por ello, irresponsables los llamamientos a "una salida horrorosa, a un horror sin fin"
Estamos en una encrucijada histórica y en un momento crucial de la sociedad cubana.

Por eso me planteo las siguientes situaciones y las respuestas que la disidencia y el exilio pudieran aceptar:

1.- ¿Sería posible aceptar una sucesión monárquica, con Raúl Castro a la cabeza de un Gobierno,
que no muestra intenciones de cambios y mantiene una aberrante represión contra la
oposición, llamándola - como hizo ayer Pérez Roque, al lado del Sr. Moratinos - mercenarios
y apátridas pagados por EE:UU?

2.- ¿Sería posible aceptar un Golpe de Estado de los militares, a espaldas de la oposición pacífica
y democrática, en caso de la muerte de los dos Castros?

3.- ¿Debería la oposición cubana, apoyar una sublevación violenta del pueblo cubano, cansado
y hastiado de tantas mentiras y privaciones materiales de todo tipo?

4.-Podría la oposición aceptar a Raúl Castro, si este acepta conversar con el movimiento
disidente y comenzar reformas económicas y políticas, en el plazo más breve posible?

5.- ¿Se uniría la disidencia cubana a un movimiento militar, que la tenga en consideración, para
la formación de un gobierno democrático?

Frente a estas interrogantes, que podrían definir el futuro de nuestro país, la disidencia debe estar preparada para tomar partido por una u otra variante.
Para mí, las dos primeras hipótesis están fuera de cualquier posibilidad de apoyo. Sería la continuación de una dictadura, que ya dura 48 años. Sería una traición al pueblo de Cuba, que ha tenido una enorme paciencia, para no provocar un levantamiento, que bañe de sangre al país.
Las cuarta y quinta preguntas tendrían respuestas positivas, siempre y cuando tenga en cuenta
el programa de una Coalición Unificada de la disidencia democrática, que desde el principio, planteé elecciones democráticas, libertad de los presos políticos, el despliegue de las libertades civiles y políticas, el respeto a los derechos humanos, rápidas reformas económicas, solución a las decenas de miles de reclamaciones sobre abusos a los derechos humanos y a los diversos tipos de reclamaciones de compensación económicas de todos los cubanos, dentro y fuera del país y la formación de una Comisión Constitucional, que pueda elaborar una Nueva Constitución para la República de Cuba, en un plazo razonable y otras demandas.

La pregunta tercera es un verdadero reto a la inteligencia de la sociedad cubana y a la disidencia opositora dentro y fuera del país. Desde su fundación, el movimiento disidente en Cuba, abrazó las ideas de Gandhi y de Martin L. King: ofrecer una resistencia pacífica a los abusos y la falta de libertades civiles y políticas y al terror y la represión desatados sobre ella. Algunos grupos y organizaciones del exilio, estarían dispuestas a apoyar esta vía. Comprendo sus posiciones: son decenas y decenas de miles de presos políticos que fueron sometidos al más aberrante e inhumano trato en las mazmorras castristas. Son miles de familias, cuyos familiares más queridos, fueron fusilados en los paredones castristas y guevaristas. Son millones de cubanos que han sufrido la división de la familia y el trato ultrajante de las autoridades cubanas, de una u otra forma. Llevan en su corazón y bajo su piel los manúscritos de la ira, del odio y de la venganza.

Pero, como pueblo, como sociedad civilizada, Cuba no puede aceptar una salida violenta y sangrienta. Esa vía tendría apoyo sólo, y en el caso de que el Gobierno comunista, cierre todas las salidas a una solución pacífica. Es decir, las dos variantes primeras. No apoyo ninguna respuesta armada o un baño de sangre. No apoyo la venganza ni el odio. Sin embargo, creo que la disidencia cubana, debe unificarse para buscar una respuesta a este posible escenario. En todo caso, quién ha creado esta posibiluidad, es el dictador cubano. Ha tenido durante más de veinte años, la posibilidad de dialogar con una oposición pacífica y democrática. Lo a rechazado una y otra vez. Denigra, humilla, reprime y comete todo tipos de crímenes, contra esa parte importante de la población, que no actúa violentamente, sino que reclama pacíficamente sus derechos y sus libertades.
Los hermanos Castro y sus generales más comprometidos, están dispuestos a crear un baño de sangre, porque tomaron el poder violentamente y son gentes violentas por naturaleza. Ni Fidel Castro ni Raúl pueden ser nuestro maestros. Parar el ciclo violento en nuestro país, debe ser
la única variante acertada e inteligente. Es el gobierno cubano quien tiene la palabra: en todo el país están sus interlocutores, dispuestoas a buscar una salida pacífica y honrosa.

Por último, expreso mi profundo rechazo a una intervención de cualquier tipo. Necesitamos cooperación y solidaridad de la comunidad internacional y de las grandes potencias. Una intervención extranjera en Cuba sería el fracaso del exilio, de la disidencia y de todo nuestro pueblo. Ninguna Comisión puede trazar nuestros destinos. Ese destino está en nuestras manos, nuestras manos desarmadas. Nuestra inteligencia despierta y esperanzada.
Es cierto que, estos son escenarios hipotéticos. Pero, en Cuba se ha llegado a un punto, en que lo más impredecible puede ocurrir.

Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo

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