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Escritor y Poeta

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miércoles, 14 de noviembre de 2007

CRÓNICA DESDE LA CÁRCEL: 14 MESES DE AGONÍA

CRÓNICA DESDE LA CÁRCEL: 14 MESES DE AGONÍA
Jorge Luis Pérez Antúnez, Ex preso político por 17 años y 38 días, Coordinador Nacional del Presidio Político Pedro Luis Boitel.

Nota de Cayocanasisland:

Quiero compartir con mis lectores este extraordinario testimonio de uno de los presos políticos más emblemáticos y corajudos de Cuba, Jorge Luis Pérez “Antunez”. No quiero hacer ninguna introducción, sólo decir, que esta es la real cara del castrismo. Publicado inicialmente en Miscelaneas de Cuba

Un abrazo.
Asdrúbal Caner Camejo
2007-11-14

Cuando a principios de abril del 1991, llegué a la entonces prisión provincial “El Pre”,en Santa Clara, conservaba aún huellas visibles de la brutal paliza que semanas antes recibiera junto al opositor Iván Emilio Espinosa Pérez. Estaba muy adolorido, con muchos hematomas y contusiones de las que pensé nunca me recuperaría.
Al “Pre” llegaba en total rebeldía, vistiendo solo “calzoncillos”, posición por la que fui apaleado con saña brutal y enfermiza. Conocía por referencias, la difícil situación que les tocó enfrentar en Cuba a aquellos indomables (plantados), que durante aquellas décadas de barbarie, escribieron tantas páginas de heroísmo y resistencia y, pensaba: “Aunque ahora la coyuntura es otra, son los mismos verdugos y sus objetivos, rendir por tortura la dignidad y los principios.”
Se me ubicó en una inmunda y reducida celda, en total penumbra y una higiene que dejaba mucho que desear. El agua para bañarse escaseaba ex profeso, lo que provocó que pronto me atacara la escabiosis, hongos, lexemas y otras afecciones dermatológicas que me hacían extremadamente la existencia. Pero la verdadera agonía comenzó cuando las neuralgias dentales hicieron su aparición.
Desde los 6 años de edad, no recordaba haber visitado un dentista. Mi higiene y estado bucal fue hasta ese momento satisfactorio, y jamás por mi mente pasó la idea de estar semanas y semanas sin poder cepillarme los dientes o bañarme por falta de agua o solo con esta, al serme retirado todas las pertenencias, incluidas el jabón, cepillo y pasta dental.
Sólo aquel que ha sufrido algún dolor de muelas, es capaz de comprender cuánto padecí durante aquellos terribles días y noches, por espacio de meses. Para llevarte al dentista, “primero tienes que ponerte la ropa de preso” o “nosotros sí te damos atención médica, sólo con la condición de que te pongas la ropa”, eran algunas de las respuestas que recibía de los gendarmes, antes mis reclamos.
El puesto médico se encontraba entre unos 50 ó 60 metros de la celda, y allí, la consulta estomatológica (todo dentro del interior penal). Mientras tanto, ideaba y ponía en práctica, disímiles formas para mitigar el dolor. No pedía la más mínima clemencia, solo ser atendido, amparado en el derecho que como ser humano me asistía.
Esta respuesta y reacción de mi parte, los irritaba sobre manera por lo que redoblaban su tortura. Muchas veces sin que nadie lo escuchara, le daba con la cabeza a la pared e incluso al enrejado de la puerta, con el propósito de ocasionarme un dolor mayor que el dental, y de es manera, descansar del más molesto y torturante estado. Otras veces me ponía a cantar o conversaba conmigo mismo, parecía que iba a enloquecer, “pero no me quedaba otra alternativa que resistir, preferir morir o volverme loco antes que rendirme a los verdugos”.
En oportunidades, fundamentalmente o horas diurnas, cuando el dolor desaparecía, meditaba sobre la capacidad de resistencia humana y me preguntaba: ¿por qué la ciencia no habrá inventado un remedio, algo así como una vacuna que inmunizara contra el dolor? Eran tontas y vagas divagaciones de un doliente que solo Dios sabía porqué no enloquecía.
Por otro lado, de nada valían mis reclamos. Acudir a la huelga de hambre era alimentar el martirio. Ponerme a gritar hasta que me atendieran o me mataran a palos, sería mostrarles desespero. Aquella posición de plantado la tomé por decisión propia y preví con tiempo de antelación “lo que me esperaba”. No podía doblar la cerviz al adversario, siempre quiero poderlo mirar al frente y a los ojos sin que nadie pueda hacerme bajar la vista (pensaba para mis adentros).
Los terribles dolores de muela me habían hecho olvidar de que también –y bajo la terrible humillante condición – se me negaba el derecho a tomar sol. Hubo momentos en que estuve a punto de extraerme la muela “cordal” con algún gancho o alambre, e incluso, con la misma cuchara que me daban y retiraban después de los horarios del almuerzo y comida.
En más de una ocasión, con el alambre y el gancho listo para la operación, desistía. Me faltaba el valor para hacerlo, porque seguramente me dominaba el temor inconsciente de sucumbir allí aislado, desangrado (por hemorragia), hecho que tratarían de hacer pasar luego por una auto-agresión o suicidio.
- Vamos, Antúnez, venimos a buscarte. Al fin te sacas la muela y ya sales de eso.Apenas salía al pasillo, me tiraban a los pies un short y una camisa de preso. - Bajo esa condición, no voy.
Escenas así. Verdaderas torturas psicológicas se suscitaban con infrahumana sistematicidad. A todo este calvario se sumaban las diarias y abundantes filtraciones que desde el techo de la celda caían, las que mojaban el suelo, así como los libros y las pertenencias –las pocas veces que me las permitían – durante aquella cruel odisea en la que “siempre dormí mojado”.
Ahora, al cabo de los años, no puedo dejar de pensar cuánto habrán contribuido todas aquellas torturas y tantas otras, a mi actual deterioro de salud. Sobre todo, a lo que refiere a las afecciones respiratorias.
Cuando por fin cedieron y no les quedó otra opción que atenderme, ya estaba como hipnotizado. Era como que el dolor formara parte de mi ser.
Al puesto médico de la prisión llegué una mañana de los últimos meses del año. Llegaba con mi uniforme de plantado: calzoncillo y camiseta, ambos de color blanco; estaban roídos, ajados y visiblemente percudidos, pero para mí, representaban la pureza y la convicción de la decisión tomada y me sentía entonces, a pesar de la exagerada delgadez, demacrado del rostro y mi andar lento, el hombre mejor vestido del mundo. Allá me esperaban. Ya estaba ganada una parte muy importante de la batalla, pero luego dudé en que aquellos “verdugos de bata blanca”, fueran verdaderamente a realizarme la extracción.
Al verme sentado en el sillón dental me dije para sí: “Si este se arrepiente o me dice que se acabó la anestesia o que la muela no puede sacarla por alguna razón, de seguro que agarro uno de esos alicates y me la saco yo mismo. –De todos modos, seguí meditando – si sufro hemorragia estoy dentro de la consulta, y a ellos no les quedará más remedio que hacer algo.”
El anestésico no funcionó debidamente (pues sentía mucho dolor cuando salía la pieza). Nada dije, porque era insignificante en comparación con la tortura de la que me libraba. Al regresar a la celda me sentí como un niño que recibe un regalo.
Esa tarde y noche y a la mañana siguiente, pude dormir como hacía mucho no lo hacía. A veces, me despertaba con la sensación del dolor pero me daba cuenta que era parte de un dolor cimentado en lo más recóndito del inconsciente, y volvía a conciliar el sueño con placer pueril.
Era tanto el alivio, que apenas sentía a mis diarios visitantes: las plagas de mosquitos, cucarachas, ratones y otros roedores e insectos ya acostumbrados a la convivencia conmigo. Tampoco parecía molestarme las incesantes gotas de agua que caían del techo, así como la humedad del suelo y paredes.
Mi alivio había llegado al sorprendente extremo que tampoco recordaba, ni me importaba, que desde llegué a esa prisión y por ordenes de la dirección penal, se había orientado contra mi persona una drástica reducción del alimento. El hambre severa y constante había pasado a ser una tortura de segundo orden e insignificante en comparación con las terribles neuralgias.
Igual sucedía con la penumbra que me impedía leer o escribir, fuera de noche o de día. Igual sucedía con la sed y la necesidad de bañarme. Era como de la maldita y recurrente “teoría del mal menor” se hubiera apoderado de mí. ¡Seguía incomunicado de todo y de todos!
Pero a partir de esos momentos, se me aplicaría otra presión de índole psicológica basada en el sentimiento familiar, y fue mi enferma madre. En esa oportunidad, la carnada utilizada como es de suponer, en posición de rebeldía total o plantado, no me permitían visitas familiares ni de otro tipo.
Cada jueves, mi madre llegaba hasta la prisión con el objetivo de saber de mi situación y enviarme una carta o nota con el jefe de destacamento “estrecho colaborador de la Seguridad del Estado”. Fidel el Chino, quien le decía a ella, que si yo me ponía la ropa me daban visita en el acto. Sus cartas estaban cargadas de inocentes ruegos y súplicas. Su contenido era conmovedor.
“¡Hijo mío!, por favor, ponte la ropa que necesito verte. Me voy a morir con los deseos de verte, estoy enferma. Si tÚ me quieres de verdad, por favor, te pones la ropa y después de que nos veamos te la vuelves a quitar si quieres.” Esos, y tantos otros ruegos eran los que me enviaban cada jueves. ¡Un jueves! también había sido me arresto.
- ¡Antúnez!, me dice un jueves el tal Fidel, antes de entregarme la carta. ¡Qué pena me dio con tu mamá! - ¡Sí! ¿Y eso porqué?, le respondí lacónico. - Porque se quedó llorando ahí afuera, y me pidió que si podía retratarte para al menos verte por foto. - ¡Ah sí! le dije disimulando el dolor, pero con firmeza y sobre todo convencido de cuánto manipulaban los sentimientos de mi madre. ¿Y por qué entonces no me llevas a verla?- ¿Y tú quieres ir?- ¡Claro que quiero! Ella es mi madre ¿no?- Bueno, entonces ve preparándote que ahorita vengo a buscarte. - Bueno, me quedé pensando; sea verdad o mentira, me iré preparando.
Para bañarme solo contaba con dos pomos con 1500ml cada uno, lo suficiente en comparación con otros días que tenía menos o ¡ninguno! 3000ml para bañarme y cepillarme los dientes. Primero lleno mi vasito de agua, de manera que luego del “baño” tuviera algo de higiene bucal.
Cuando concluí con las tareas higiénicas sanitarias, y me puse el uniforme (calzoncillo y camiseta), notaba que solo había revuelto la churre, y que además llevaba impregnado en la piel el típico olor a calabozo. Transpiraba los olores de orín y heces fecales provenientes de un servicio (turco) que a penas se higienizaba.
Al rato, siento un ruido de llaves y me incorporo de la cama. Era un oficial joven que junto a la puerta de la celda me dice: - ¡Vamos! que el Chino te está esperando en la oficina del Solero para llevarte a la visita.
¡En efecto!, al llegar al lugar estaba Fidel el Chino junto a otros tres oficiales quienes se mostraban más risueños y cínicos que de costumbre. - Antúnez, me dice ¡al fin! Vas a poder ver a tu mamá, la pobre debe estar loca por verte; ya la pasé al salón de visita. Allí debe estar esperándote.
No le respondí. Preferí mantenerme a la defensiva. - Bueno Antúnez, me dijo otro oficial, acercándose e intentando poner su mano en mi hombro. Pero, pasa primero por aquí, agregó señalando la oficina, donde en una mesa podía distinguirse un bulto envuelto en Nylon-Dale para que te vistas correctamente, porque en esa facha y tan flaco, no querrás entrar a un salón de visita y que te vea tu mamá.
-¿Cómo que me vista? dije, comprendiendo al instante el montaje.- Espera Antúnez, señaló el Chino, acercándose. No es lo que tú piensas. Ahí te traemos de civil, solo tienes la camisa de preso. - Espera Antúnez, me dijo otro oficial que denotaba en su rostro frustración. “Oye compadre”, por ponerte esa camisa no vas a dejar de ser quien eres.- Dije que no hemos hablado nada. -Antunez, ¡hazlo! por tu mamá, y si quieres en el salón te quedas en camiseta. “Oye compadre”, si lo que vas a caminar con esa camisa son unos metros.
Al regresar a la celda me autoincriminé con fuerza. ¿Cómo puede ser tan ingenuo para no percatarme de esa jugarreta? En lo adelante me negué rotundamente a recibir aquellas cartas y notas de mi madre y le hice saber por terceras personas, que por favor no fuera más por allá.
Que no se dejara manipular de aquella forma, porque así nos hacíamos daño ambos; y dándole ánimos, le aclaré que cuando yo fuera a desistir del plante, a ella sería la primera persona que se lo haría saber, enfatizándole que se lo haría personalmente o escrito de mi puño y letra.
Ella la pobre, con su muy escasa instrucción e información y sobre todo, sin suficiente cultura política, no podía comprender, el porqué de aquella postura asumida por mí. Esa situación me dolía y martirizaba en extremo, pero no podía ceder ante fuerzas, imposiciones ni chantajes y por otra parte –algún día, meditaba– ella comprenderá el porqué de mi paso, la justeza de mis ideas y la razón de tanto sacrificio. En mi fuero interno, conjeturaba para fortalecerme ánimos. ¿Quién o quiénes eran los culpables del sufrimiento y dolor de mi madre?
¿Yo? De ninguna manera. En primer lugar, mi prisión es injusta y en segundo lugar, no soy el que me niego a verla. Son ellos los que pretenden ponerme condicionamientos humillantes e inaceptables. ¿Hubiera sido inteligente y digno haberme puesto aquella camisa? ¡No! ¡Soy un preso político y un soldado de la libertad y los derechos humanos! Como yo nací un diez de octubre, y por mis venas siento correr la sangre de aquellos negros que secundaron a Céspedes en el Ingenio la Demajagua.
Además, ella es mi madre y la adoro como a nadie en este mundo, pero ella no es la única que ha sufrido y sufre. ¡¿Cuántas otras madres también se han consumido en más de 30 años de tiranía?!
Luchaba conmigo mismo. Eran mecanismo de compensación psicológica, tan necesarios cuando se está aislado, incomunicado de todo. Cuando no está el aliento del amigo cercano o lejano, la carta de un ser querido. Bloqueados los accesos a la comunicación y a la noticia; en fin, estaba desprovisto de muchas cosas que necesita el ser humano para vivir.
Solo contaba con Dios, con la fe en mis propias convicciones ideológicas y morales. No todo, pero me eran básicas para resistir y dignificar aquel calvario. Lo que traté de hacer mientras duró. “¡Quién sufre por Dios y por su patria! había dicho Martí, en este u otros mundos tendrá ¡verdadera gloria!” ¡Tal cúmulo! de reflexiones mitigaron sobre manera el sufrimiento.
Por aquellos días había escrito en la pared un Graffity que rezaba: “Lo que no me mata, me fortalece”, célebre frase del famoso filósofo alemán Friedrik Nietzsche. Letrero que primero, intentaron que borrara a fuerzas de palos y patadas. Al no lograrlo y casi inconsciente de tantos golpes, colgaron mi cuerpo y con él, rasparon el letrero.
En varias oportunidades tuve que pasar las noches y madrugada soportando el sereno, incluso, el crudo invierno esposado al cercado del solero, por negarme a ponerme de pie al pase del recuento diario, o ante la presencia de algún oficial “provocador”, quienes a cada rato llegaban a importunarme.
Durante dantescos y largo meses que estuve plantado, fui brutalmente golpeado por un interminable número de gendarmes, entre los que destacaron por su saña: Denis Barrios, Pozo, los hermanos Jiménez, Machado, Orelvys y Sosa, quien en una oportunidad estuvo a punto de asesinarme.
Si mi cabeza llega a impactar contra el muro, al que me lanzó en represalia por protestar por llevar no se cuántas semanas sin bañarme y casi tres días sin beber agua, como resultado de una respuesta a falta de ésta; además pedía ser atendido, porque producto del dormir sobre mojado, presentaba fiebres nocturnas.
A finales del mes de marzo de 1992, llega a mis manos una sorpresa. Mis hermanos en “Las alambradas de Manacas” habían logrado romper el cerco, logrando que una nota llegara a mi celda. Ellos, muy preocupados por mi situación, me hacían saber que todos los presos de la provincia los habían ubicado en aquella prisión, en un área separada de los presos comunes.
Se referían a otro cubículo (9), donde hasta hacía poco, tenían destinado para los casos de medida de seguridad. También me instaban que era importante salvar mi vida y salud de aquel calvario. En la citada nota, me recordaban que meditara en el hecho de mi fundamental demanda: un área para presos políticos ya era una realidad, aún cuando no fuera tal vez mi acción, la que motivó a las autoridades a concederlo.
Aunque comprendí todo lo que mis hermanos me decían, les hice saber verbalmente con la misma persona que entregó su nota que si llegaría a Manaca, lo haría como mismo había salido de allí; en calzoncillos y descalzo. Aunque también me decían que por la ropa no me preocupara, que ellos en su mayoría vestían ropa civil.
En efecto, en esas condiciones y circunstancias y en posición de plantado que no abandoné hasta mi excarcelación, llegué el 13 de abril de 1992 a la tristemente célebre prisión “Alambradas de Manaca”, donde me reencontré con muchos hermanos y conocí a otros.
Éramos en total 21 y formábamos una sólida y gran familia dentro del cubículo 9. Pero aquella grata convivencia fue efímera y hasta el mes de septiembre, que fue cuando los órganos de represión política de la provincia nos disolvieron a todos dentro de la población penal común. Vendrán nuevas y difíciles batallas…
Desde Placetas,
Jorge Luis García Pérez AntunezEx preso político por 17 años y 38 díasCoordinador Nacional del Presidio Político Pedro Luis Boitel.

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Nota de Misceláneas de Cuba: La crónica anterior fue enviada a nuestra redacción por el emblemático luchador pro democracia Jorge Luis García Pérez Antúnez, a través de nuestra corresponsal en Cuba, Lamasiel Gutiérrez. Además de saludos a la Asociación Misceláneas de Cuba, el compatriota le ha hecho llegar uno especial a Julio González Mendinueta, miembro de nuestra Asociación y amigo suyo de la infancia/adolescencia. Por la trascripción del trabajo ha respondido un activista pro derechos humanos. A cargo de esta nota: Alexis Gainza Solenzal.
jueves, 8 de noviembre de 2007

EL EXILIO CUBANO: LA DERROTA FINAL DE FIDEL CASTRO

Cuando cualquier cubano o latinoamericano llega a Miami, se sorprende de la laboriosidad, perseverancia, y status social de los cubanos. Pero aun es más emocionante el florecimiento de la cultura, las costumbres y el modo de vida cubano dentro de los propios Estados Unidos. Allí, en Miami está la patria que perdimos, la isla que nos arrebató por la violencia uno de los más brutales dictadores de Cuba y las Américas.

Fidel Castro les quitó todo: fincas, fábricas, bancos, centrales azucareros, etc. Cuando comenzaban los trámites de salida definitiva del país, iba a sus casas una comisión de Bienes Malversados primero, y luego una comisión de los “factores” (CDR, PCC, FMC, etc) para hacer un inventario de todas las propiedades que poseían: joyas, zapatos, ropas, cuadros de pintura, lámpara, muebles, vasos y hasta cucharitas de café. No escapaba nada. Y, desde luego, sus cuentas bancarias. Vivían, durante el tiempo de la espera de la salida, con un profundo desasosiego, de que algo del inventario se rompiera o se perdiera, porque eso podía significar la derogación del permiso de salida. Fueron objeto de inenarrables humillaciones.
Se convirtieron en las primeras “no personas” del régimen comunista. Y las primeras victimas de los paredones de fusilamientos del dictador.

Salieron de Cuba con una mano delante y otra detrás. Con lo que tenían puesto, excluyendo relojes y joyas.

Pero, lo único que no pudo quitarles, fue su sabio dominio en los negocios y en las leyes del mercado. Su agresividad y voluntad para abrirse paso en la jungla enonómico-industrial y comercial de los EE:UU.
Entre 1959 y 1967 llegaron más de 300 mil cubanos. Cuando llegaron, Miami era – según un amigo que allí encontré en 1995 – “una finca con tres faroles”.
Limpiaron pisos, fueron cocineros, barrecalles, empleados de tiendas, trabajadores de factorías y gasolineras, mecánicos y se desempeñaron en mil oficios más. No los detuvo nada ni nadie. Y allí crearon “su Cuba”
La “escoria del Mariel” – como les llamó el sátrapa de Birán - hoy tiene ingresos promedios de $37,000 dólares.
En mi artículo “China: Bye Bye Karl Marx” escribí, sobre los cubanos en EE:UU:

“Llegaron a EE:UU, España y otras partes del mundo. En EE:UU, de acuerdo a su último censo, hay 300 mil empresas cubanas, con un volúmen de ventas de 90 mil millones (tres veces el PIB de Cuba). Constituyen sólo el 5% de los hispanos, pero tienen el 35% de las ventas totales del mundo hispano. Sus ventas están al nivel de las ventas de los japoneses asentados en EE:UU y se han convertido en una de las comunidades más poderosas políticamente de ese país, junto a los judíos”.

Ellos abrieron el espacio empresarial americano para otras comunidades de América Latina. Nicaraguenses, que huyeron de los sandicomunistas, argentinos, mexicanos, colombianos, dominicanos, venezolanos y otros latinos, crean hoy, con los cubanos, unos 300 mil millones de dólares en sus negocios.
Fueron ellos también, por medio de Gloria Estefan y Miami Sound Machine, los que inauguraron el multimillonario negocio de la música y la cultura hispana en los Estados Unidos.

Han mantenido durante casi medio siglo lo más bello y duradero de la cultura cubana y, la han convertido en algo irreductible. No hay ninguna otra comunidad que haya logrado semejante triunfo cultural.

Por eso digo, con extremo orgullo, que el exilio cubano – en EE:UU y en todo el mundo - sus brillantes éxitos económicos, sociales y culturales, constituyen la más esplendorosa derrota sobre la dictadura comunista de Fidel Castro.

Si usted, algun día, viaja a Miami y ve, en las tiendas y en los Mall, un cartel que dice “We speak English”, no se asombre. Detrás de ese cartel, está la mano industriosa de los cubanos.

Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá

EL "EMBARGO" A CUBA

Reproduzco con placer este excelente artículo de Gonzalo González sobre el embargo de EE:UU a Cuba y la verdadera realidad de esa medida.
Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo

Dos noticias desde La Habana:

Granma Internacional reportó lo siguiente: Naciones Unidas, 30 de octubre - Las Naciones Unidas, por un margen de 184 votos, expresaron su oposición el "bloqueo" contra Cuba. . . .

La Habana (NOTIMEX).— Más de 1,200 firmas de medio centenar de países han confirmado su participación en la XXV Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2007), que se efectuará del 5 al 10 de noviembre próximo.

Los que vendan al fiado a la Cuba de Castro necesitarán suerte, o mañas, para cobrar. Espero que recuerden lo que le ha pasado a España:
Según publica este martes (23 de octubre) el diario Negocio (en España) . . . En total, la dictadura de Fidel Castro debe a España 825 millones de euros de los que 125 son créditos FAD y 700 deuda comercial. Si a estas cifras se le añaden los intereses de demora, el montante total se situaría en torno a los 1.719,5 millones de euros. . . .
Actualmente y en términos técnicos, -dice el diario- estos fondos se encuentran en situación de "impago". . . . la dictadura cubana ha declarado, sin dar explicaciones, que no tiene previsto pagarla. . . .
España contempla la condonación de la deuda que Cuba mantiene con España. . . . las autoridades españolas intentarán que los agentes financieros tengan en cuenta las circunstancias económicas de la isla y la escasa capacidad de pago del país. . . .

ACLARACION:

Estoy escribiendo artículos en inglés con la intención de alcanzar lectores en Estados Unidos y otras partes del mundo que no leen en español. En relación al embargo, en español, recomiendo el artículo “La verdad monda y lironda,” por Jorge Salazar-Carrillo, publicado en Perspectiva, El Nuevo Herald, 18 de octubre, 2007.

RECONOCIMIENTO:
A mi amigo Frank Castillo por la revisión de los manuscritos que escribo en inglés. Sus atinadas recomendaciones de cambios en el texto siempre mejoran mis manuscritos.

Cuban Embargo

Trick-or-Treat at the United Nations and at the Havana Trade Fair
The Cuban Granma International website shows the following two news items:
United Nations, October 30 — The United Nations today, by 184 votes, expressed its opposition to the blockade maintained against Cuba for almost half a century by the United States. . . .
WITH the presence this time of 52 countries and more than 1,200 business representatives, the Havana Trade Fair is celebrating its 25th anniversary. . . .

Confiscations in Cuba in 1960 and United States Retaliation

Castro’s Cuba confiscated practically all private properties, without compensation, in 1960, including holdings of individuals and companies from the United States. All American properties were estimated at around two billion dollars, at that time.
“September 4, 1961. The Foreign Assistance Act of 1961 passes in the U.S. Congress. It prohibits aid to Cuba and authorizes the President to create a "total embargo upon all trade" with Cuba.
February 7, 1962. President Kennedy broadens the partial trade restrictions imposed by Eisenhower to a ban on all trade with Cuba, except for non-subsidized sale of foods and medicines.”[1]
Over the years, some other changes have been made, including what is known as the Helms-Burton Act, H.R.927, Cuban Liberty and Democratic Solidarity (LIBERTAD) Act of 1996, sponsored by Senator Jesse Helms, Republican of North Carolina, and Dan Burton, Republican of Indiana.

Blockade

Castro is a skillful propagandist. He gave the embargo the name blockade. During the past forty five years, he has endlessly repeated that the blockade is the reason for all economic failures in Cuba. Let us keep in mind that Castro, as Joseph Goebbels did in Nazi Germany, is putting to work the concept that when a lie is continuously repeated, it turns axiomatically into a truth in the minds of people subject to these ideological outpourings. Also, Castro, as Goebbels did in his time, has absolute control of all the media, including television. Television is the main media tool for advertising in market economy countries. It is the basic propaganda tool for political indoctrination in Cuba, and is used by Castro to hammer into their minds what he wants the people to believe.
Blaming the US embargo for Cuba’s woes has also gained acceptance by many government and forums internationally. The dissemination of the blockade tall tale (“patraña” in Spanish) has been systematically conveyed by left-wing organizations and fellow-travelers from all over the world.

Cuba’s Economic Failures

The truth is that Cuba’s economic failures stem from Communism, as showcased by the poor economic performances of the Soviet Union and its satellite Eastern European countries during the last century.
Inefficient State ownership and control of farms in Cuba is the main culprit of food scarcities as demonstrated by the ration card system, implemented more than forty years ago, which provides meager allocations of foodstuff to the Cuban population. “. . . the existence (in Cuba) of a major dependence on foreign sources for foodstuff while thousands of hectares of cultivatable land are underutilized or left idle. . . .”[2] is undeniable, as confirmed by Raúl Castro’s own words in a speech on July 26, 2007. (A sad recognition of forty-seven years of communist failures.) [3]:
“. . . And I am talking of products that I think can be grown here --it seems to me that there is plenty of land-- and we have had good rains last year and this. . . . No one, no individual or country, can afford to spend more than what they have. It seems elementary, but we do not always think and act in accordance with this inescapable reality.
To have more, we have to begin by producing more, with a sense of rationality and efficiency, so that we may reduce imports, especially of food products, that may be grown here, whose domestic production is still a long way away from meeting the needs of the population.
We face the imperative of making our land produce more, and the land is there to be tilled either with tractors or with oxen, as it was done before the tractor existed. . . .”
President Jimmy Carter in a speech during his visit to Cuba in 2002 said, in regards to the embargo, “. . . I should add that these restraints are not the source of Cuba’s economic problems. Cuba can trade with more than 100 countries, and buy medicines, for example, more cheaply in Mexico than in the United States. . . .”[4]
Nevertheless, Castro dramatizes his blockade tirades calling it “genocide against the Cuban people”, without any concern about the Communist internal conditions that make the Cuban economy fail.

Cuba’s Economic Mismanagement

What did happen with the richness that Castro obtained by confiscating, without compensation, all the properties of Cuban and American individuals and companies? What did happen with the subsidies provided by the Soviet Union and its satellite countries estimated at several billion dollars annually? What did happen with the wealth represented by the products and services received from and not paid for to many of the 100 countries that have or had commercial ties with Castro’s Cuba?
Simply, Castro squandered all of this richness. He is an excellent propagandist, but is also a terrible economic administrator. The Cuban people are chained to an economic system that does not work, where the Communist economic inefficiency is magnified by Castro’s microeconomic whims. On top of these inefficiencies, there were, and still are, significant resources devoted to keeping an expensive intelligence network in foreign countries, to finance turmoil in Latin America, to send expeditionary troops to Africa (for instance, more than 50,000 Cuban soldiers in Angola in the 1970s), to pay for expensive propaganda projects (for instance, a medical school in Cuba, free to foreign students), and travel and living expenses to numerous foreign sympathizers that attend propaganda gatherings in Cuba.
Castro’s Cuba can buy from over 100 countries, as referred to by President Carter. Those countries have not joined the United States embargo. The volume of business has dramatically decreased because of Castro’s policy, in many instances, of “buying but not paying”. Countries with unpaid balances stop shipping their products or services. These countries have learned that they cannot sell to Cuba on credit, (“no se puede vender a Cuba al fiado.”)
Except for Spain, that continues dealing with Castro’s Cuba in spite of the huge Cuban unpaid balances.
The newspaper “Negocio” (in Spain) reported that Castro’s dictatorship owes Spain 825 million Euros. . . . and counting interests accrued on the unpaid balances the total debt is around 1.8 billion Euros. . . . The Cuban dictatorship has stated, without providing any explanation, that they do not foresee paying this debt. . . . Spain is considering cancelling this debt. . . . Spanish authorities are taking into account the economic conditions prevailing in Cuba and its scant paying capacity.
“The truth is that Cuba owes the Western countries grouped in the Paris Club. . . .owes Russia (mostly from the Soviet years,). . . . and owes the ex-Communist countries in Eastern Europe. . . .” “Furthermore there is also another commercial and bank debt in default. . . . with (foreign) private companies and financial organizations (originating from loans and commercial transactions) . . . . Cuba’s situation, as explained by economists, is similar to that of a family when their finances reach a crisis point: what they earn is not enough to pay their debts. . . .”[5]
“Cuban debt amounts to 15.4 billion dollars, that the Central Bank divides in active (7.8) and frozen (7.6,) since 1986,. . . . 60% with Paris Club members, as reported by an official source. The 2006 Statistical Annual Report, National Statistics Office. . . . indicates that the active debt increased 1.9 billions between December 2005 and same month last year.”[6] (These numbers do not include interests accrued on unpaid balances.)

The Cuban report does not include debts to Russia and ex-Communist countries estimated at 24.5 and 2.2 billion dollars, respectively.
Castro’s blockade contention is negated by purchases of foodstuffs from American companies in recent years. The caveat is that Castro’s Cuba has to pay in cash for whatever they buy from USA exporters. “. . . Cuba is to pay about $500 million USD this year (2005) to purchase U.S. products. . . .”[7] This is around the same than the purchases of U.S. products in 2006.
Many people favor the termination of the US embargo, and most of them think that there will be political gains for the United States. “How Castro would keep his hard fist policy after a normalization of relations and commerce with its staunch enemy? How he could justify in front of the world’s public opinion and the Latin American and European governments that he should keep his hard fist against the pacific opposition (in Cuba) when it cannot be argued that dissidents are enemy agents?”[8]
If the embargo were discontinued, the United States, most likely, will keep the cash payment terms. Castro would denounce this no credit policy as an imperialist aggression. If credit terms were allowed, Castro would find some other point of contention. A Cuban government officer recently said that the "blockade" has inflicted damages to Cuba amounting to 89 billion dollars. Castro would put his propaganda skills into play and would coin a new catchy name for the US not compensating for the blockade’s negative effects over the years.

“De casta le viene al galgo ser rabilargo.” (It's in the blood of the greyhound to be long-tailed.) The hard fist is an innate condition for the governing Castro. “A rose is a rose, is a rose.” Castro, Fidel before, and Raul now, is a dictator, is a dictator. Nothing will change them; neither the world public opinion, nor all the saints in heaven. Actually, not even the devil.
(“Verdaderamente, ni el mismo diablo”).


Gonzalo Fernández

Fernández graduated from Havana University with an accounting degree. He is a business consultant in Raleigh, North Carolina. Wrote "Estados Financieros" (Financial Statements), UTEHA, Mexico, third edition, 1966. Fernández is a coauthor of the "Handbook of Financing Growth", Marks, Robbins, Fernández and Funkhouser, John Wiley and Sons, Inc, New Jersey, 2005. He is a Past-President of the Raleigh Chapter of the Institute of Management Accountants.

[1] Historyofcuba.com, written and compiled by J.A. Sierra.
[2] Oscar Espinosa Chepe, “The Periodical Period,” cubaencuentro.com, October 25, 2001. (Translation.)
[3] Version in English, www.granma.cubaweb.cu.
[4] Carter’s own words to the Cubans,” excerpts from the speech delivered by former President Jimmy Carter in Havana in Spanish. The English translation was provided by the Carter Center at Emory University in Atlanta, The Miami Herald, www.miami.com, posted May 15, 2002.
[5] Pedro Alfonso, “Gigantic Castro’s Debt,” El Nuevo Herald electrónico, March 17, 2002. (Tanslation.)
[6] AFP/Havana (Agence France Presse,) Cuban external debt is over 15.3 billion dollars , July 24, 2007.
[7] www.granma.cu, Digital Granma International.
[8] Miguel Rivero, “The Sea of the Lost Time,” cubaencuentro.com, September 13, 2002. (Translation.)
martes, 6 de noviembre de 2007

EL DISCURSO DEL PRESIDENTE BUSH SOBRE CUBA

“Pocos temas han sido un desafío para este departamento- y nuestra nación- durante más tiempo que la situación en Cuba. Ha transcurrido casi medio siglo desde que el régimen de Cuba ordenó que los diplomáticos estadounidenses evacuaran nuestra embajada en La Habana. Ésa fue la ruptura decisiva de nuestras relaciones diplomáticas con la isla, una señal preocupante sobre el futuro del pueblo cubano y el inicio de una era nefasta entre nuestros dos países. En este edificio, el Presidente John F. Kennedy habló sobre el embargo económico de Estados Unidos contra la dictadura de Cuba. Y fue aquí que anunció el fin de la crisis de misiles que casi hizo que el mundo se precipitara a una guerra nuclear”

Así comenzó su discurso sobre Cuba el Presidente de los EE:UU George W. Bush, que ha suscitado diversas reacciones en los medios cubanos, tanto de la isla como del exilio.

He planteado en algún otro artículo la necesidad de desamericanizar el conflicto de nuestro país, porque el régimen totalitario lo utiliza con toda eficiencia, para presentar la decapitación de las libertades y la miseria generalizada, como resultado de “una guerra con los EE:UU”. Le da la posibilidad de presentarse como el David bíblico, cuando en realidad se trata de un conflicto interno entre el bunker totalitario y la sociedad cubana.

Pero el Presidente Bush tocó, como nunca antes, los temas de derechos humanos y de la situación de los presos políticos en la isla, ofreciendo un apoyo extraordinario para la lucha del movimiento opositor y disidente, en estos momentos de extrema represión contra ellos.
Para nadie es un secreto que, frente a la indiferencia internacional sobre los desmanes de la dictadura contra la sociedad cubana, ha sido el gobierno de los EE:UU el principal soporte para nuestra lucha.
Los EE:UU han recibido, en el curso de casi medio siglo, a más de un millón de cubanos, la mayor comunidad cubana en el exterior. Frente al estrepitoso fracaso económico, político, ético y social de la dictadura comunista, ellos y sus descendientes, muestran con sus logros económicos y sociales, lo que puede hacer nuestro pueblo, en condiciones de democracia y libertad.

Es el país que más ayuda envía a Cuba, con $272 millones sólo este año y es uno de los socios comerciales más importantes de la isla, sobre todo de alimentos, a pesar de lo que diga el gobierno sobre el embargo.
La hipocrecía y el cinismo de Fidel Castro no tiene límites. Recuerdo en los años setenta, haber oído un discurso de este caudaloso charlatán, donde decía que podían mantener el embargo por cien años, que no le haría nada a Cuba. Claro, detrás estaba la ayuda soviética.
Cuando en los años noventa, Gorvachev le comunicó que tenía que pagar los precios del mercado mundial y luego lidiar con las repúblicas independientes, se desmoronó como lo que era: un arrogante fanfarrón. Entonces empezó la presión para la eliminación del embargo de EE:UU, que todo el mundo sabe, no es la real causa de la bancarrota de la economía cubana.
El verdadero embargo, el real, el duro, es el embargo de Fidel Castro contra la sociedad cubana, contra sus ciudadanos, a quienes ha convertido en extranjeros en su propio país.

Les recuerdo lo que me dijo un amigo mío sobre un diálogo en una película checa, cuando uno de los personajes le dijo al otro:”El comunismo es el camino más largo para llegar al capitalismo”. Fidel Castro, el verdugo del capitalismo, abrió las puertas a las inversiones extranjeras. Era la misma propiedad privada que él se robó en Cuba en 1961. Expulsó a los extranjeros y a los exitosos capitalistas cubanos. Y comenzó el largo camino de medio siglo hacia… el más rotundo fracaso.

Pero dejó fuera de esa apertura a los propios cubanos. Nunca, nunca, ni en Cuba ni América Latina, un gobierno ha convertido a su propio pueblo, a sus propios ciudadanos, en entelequias vacias, que no pueden entrar a las playas o a los hoteles de lujo.
Por eso, son definitorias las palabras del Presidente Bush sobre el Gulag Tropical:

“Éstos son apenas algunos de los ejemplos del terrorismo y trauma que constituyen la Cuba actual. El paraíso socialista es un gulag tropical. La búsqueda de la justicia que alguna vez inspiró al pueblo cubano ahora se ha convertido en un intento de aferrarse al poder. Y como en todos los sistemas totalitarios, no hay duda de que en el régimen de Cuba existen otros horrores aún desconocidos para el resto del mundo. Una vez que sean desvelados, causarán conmoción en la conciencia de la humanidad. Y serán la vergüenza de los defensores del régimen y todas las democracias que se mantuvieron en silencio. (Aplausos.) Un ex prisionero político cubano, Armando Valladares, lo expresó de esta manera: Llegará el momento en que "la humanidad sentirá la repulsión que sintió cuando salieron a la luz los crímenes de Stalin". Y ese día está por llegar. El régimen de Cuba usa el embargo de Estados Unidos como chivo expiatorio para las miserias de Cuba. Sin embargo, desde hace mucho tiempo, presidentes miembros de nuestros dos partidos políticos entienden que la fuente del sufrimiento de Cuba no es el embargo, sino el sistema comunista. Saben que el comercio con el gobierno cubano no ayuda al pueblo cubano si no se dan cambios importantes en el sistema político y económico de Cuba. Más bien, el comercio con Cuba simplemente enriquece a las élites en el poder y afianza su control. Mientras el régimen mantenga el monopolio de la vida política y económica del pueblo cubano, Estados Unidos mantendrá en vigor el embargo. (Aplausos.)”

Sé que detrás de toda la política de EE:UU, se mueven poderosos intereses sobre Cuba. Pero este discurso, y la entrega de la Medalla Presidencial de la Libertad a Oscar Elías Bicet, son un extraordinario apoyo para la causa de nuestro pueblo, ahora, que las aguas están desbordándose.

Y el Presidente lo dijo: “Nuestro día ya viene llegando”

Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá
viernes, 2 de noviembre de 2007

LOS CUBANOS DEL EXILIO

He creído oportuno poner en mi sitio este excelente artículo del periodista mexicano Victor Mona sobre los cubanos en el exilio, porque me ha tocado el corazón y me ha llenado de orgullo. No lo escribe un cubano, porque los cubanos somos un poco charlatanes y chovinistas, aunque tenemos un corazón que no nos cabe en el pecho, una voluntad de hierro
y una dignidad más alta que el Pico Turquino. Esperon que lean esto con el mismo placer que yo lo he leido.

Asdrúbal Caner Camejo
Ottawa, Canada.



ARTICULO SOBRE LOS CUBANOS ESCRITO POR EL PERIODISTA MEXICANO VICTOR MONA


Los cubanos salen de una isla pequeña y se han diseminado por todo el mundo.
Uno es profesor en una universidad de Australia; otro, inauguró en
Alaska un restaurante. Nada los detiene, ni el frío ni el calor. Los seduce el trópico de la Florida , pero soportan igualmente a pie firme los hielos de Boston y Nueva York. No mendigan, trabajan. Los que en Cuba eran pobres, aquí son ricos. Los que
allá eran medio pelo, aquí son pelo y medio.

Ningún obstáculo detiene su laboriosidad beligerante si la oferta es digna. Uno
es rector de la Universidad; otro, maquilla muertos. Cambian, pero sólo en la
superficie. En Miami siguen jugando la bolita (lotería Prohibida), peleando gallos a escondidas y enviando los hijos a la escuela privada. En Madrid, están contra José Luís Rodríguez Zapatero y en Caracas, contra Hugo Chávez, siempre en la oposición.
Se les critica y se les envidia pero en el fondo se les admira. Gallegos por el
trabajo y judíos por la voluntad de sobrevivir, constituyen una legión
empecinada que no se deja ignorar. Traen su música calurosa, el ruido de sus
tambores, los frijoles negros y el bistec de palomilla con moros y maduros.
Pero traen sobre todo la simpatía, la cordialidad y la laboriosidad.

¿Quiénes son?. Son los cubanos del destierro, la única población mundial trasplantada, que (salvo los hebreos) en más de un tercio de siglo no han perdido su identidad. Los que admiraban a Cuba desde lejos como ejemplo supremo de pujanza latinoamericana, los que veían a Cuba como un milagro étnico y cultural, donde todo parecía un relajo pero todo funcionaba bien, ya no tienen que ir a Cuba para conocerla! . Aquí la tienen dentro de los mismos Estados Unidos. Esta es Cuba . Estos son los cubanos. Exagerados, fanfarrones, ruidosos, sí, pero también intensos, profundamente creadores y buenos amigos. ¿Y qué no han hecho en estos 47 años de destierro los cubanos para poder sobrevivir con dignidad? Cuál actividad manual o intelectual no han ensayado en éste o en aquél país, por complicada que pareciera, lo han realizado para no quedarse detrás, para no dejarse discriminar.
En alguna de esas actividades han llegado tan lejos que superan a emigraciones
que los precedieron por cerca de medio siglo. No hay hospital en Estados Unidos
donde no haya hoy un médico cubano. No hay periódico donde no haya un
periodista cubano, ni banco donde no haya un banquero cubano, ni publicitaria
donde no haya un publicitario cubano, ni escuela donde no haya un maestro
cubano, ni universidad donde no haya un profesor cubano, ni comercio donde no
haya un manager cubano.

En las Grandes Ligas del béisbol sus nombres también brillan. En Madrid, el primer poeta latinoamericano es un negro cubano. En la Coca Cola, Kellog's, McCormick, Pepsi Cola y tantas otras su dirigente es o fue un cubano. En el Congreso de Washington hay cuatro cubanos, en el Senado federal se sientan dos cubanos, el Ministro de Comercio de E. U. es un cubano, la Viceministro de Salud es una doctora cubana. Caramba, son unos pocos en éste país y llegaron hace muy poco tiempo.


En la tierras prestadas del extranjero parecen llevar siempre en la frente la marca del sitio de donde vienen. Los cubanos llevan a Cuba . La enaltecen y la honran, porque además de en la frente la llevan en el corazón. Pero hay algo en el desterrado cubano, a mi juicio, superior a esa actividad profesional triunfante, y es su odio al despotismo del que huyen, su amor a la tierra que dejaron. Eso lo separa y lo define. Eso da a sus triunfos en medio del desarraigo, una grandeza que de otro modo no tendría.

Se han afincado definitivamente en estas tierras hospitalarias que los han acogido y donde viven en lo material muchas veces mejor que como vivían en Cuba. Aún teniéndolo todo, si les falta Cuba, no tienen nada. Quizás por ello han hecho su Cuba aquí. Por eso, si se le mira bien, se verá que a veces parece que el cubano ríe, pero en realidad esta llorando por dentro.

Le nace el hijo, le crece, se le gradúa en la Universidad, pero el cubano suspira. ¡Ay, si estuviera en mi Cuba!.
Compra una casa, un auto, o una lancha y sigue suspirando. ¡Ay!. Si todo esto lo tuviera en Cuba!. De una manera misteriosa, que no puede definir, hay un vínculo con aquello que tira de aquí hacia allá. Ahora que perdió a su país, sabe que no puede vivir sin Cuba, y la sueña de noche, y le agiganta los valores y la embellece y la idealiza, y se culpa de no haberla entendido mejor, y la recrea en su cantos y bailes, y la revive en sus historias en sus costumbres y en sus comidas.

¿Por qué compran hoy los cubanos mas libros cubanos que nunca?. ¿Por qué tienen
sus casas, sus negocios y sus oficinas llenas de palmas, de banderas, de
escudos y de retratos de José Martí?.
¿Por qué aunque sean USA citizens SIGUEN SIENDO CUBANOS?. Por qué se
reúnen en sus municipios formados en el exilio, borrando antiguos antagonismos
de partido o clase?. Porque el cubano sabe que lo único auténticamente suyo fue SU CUBA y que a ella quisiera el poder regresar. No les preocupa que le devuelvan la residencia o el negocio, si lo tenían. Lo único que desean es volver a su tierra. La casa donde nació esta destruida, al pueblo se lo han puesto desconocido, la madre ha
muerto. Pero no importa. El exiliado cubano quiere de todos modos ir a esa
casa, a ese pueblo y a esa tumba. La Patria empieza ahí.

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